La espera dio su fruto, y si, las fotos se ajustan exactamente a la realidad. Bradley Cooper es el perfecto caballero, vestido con un elegante traje gris claro, nos atendió a mi y a una amiga muy educadamente. Majo, simpático y guapo, desde luego y bien merecido el título del hombre más sexy de 2011, que sigue manteniendo el nivel muy alto. Pero el tiempo le apremia y a decir verdad, tenía ganas de ver cuál era la razón de tanto revuelo por su película.
Con simpatía y picardía nos agradecía en nombre de todo el equipo nuestra asistencia e interés y nos exponía que el personaje que interpreta le ha aportado mucho en su personalidad. Y por fin, la película, que tengo que añadir que verla en V.O. (aunque sea subtitulada) deja ver en todo su esplendor las interpretaciones de los personajes.
"El lado bueno de las cosas" (Silver Linings Playbook) muestra al espectador la vida de Pat, un bipolar que acaba de salir de una institución mental por agredir al amante de su ex-mujer, de la que está profundamente obsesionado; pero todo su mundo cambia cuando conoce a Tiffany, una chica con ciertos problemas y no muy buena fama. Entre ellos se formará un vínculo dado que ambos intenta superar juntos sus adversidades mirando el lado bueno de las cosas. Los tres actores Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Robert DeNiro están estelares en sus interpretaciones. Su falta de filtro en soltar directamente las palabras (como se menciona en la película)sin pensarlas directamente creando un ambiente tras otro de lo divertido a lo hilarante, y también compensa muchísimo ver a Cooper bailar, cosa que hace sorprendentemente bien. Los dos protagonistas elevan el nivel de la comedia romántica con un extraordinario ingenio agudo creando unos resultados tan satisfactorios que se merecen, por sentado, todo los premios que ganen. Una película que está en todos los estadios nominados, película, director, actor y actriz y que no se producía desde "Annie Hall" en 1977.
Esta película sólo tiene una definición: es demencialmente extraordinaria.