La historia nos guía hasta un joven "Arturo" que sobrevive junto a su pandilla en las calles de Londinium. Su vida cambiará radicalmente el dia que saque la espada Excalibur de la piedra y todo el país se haga eco del retorno del rey legítimo. A partir de ahí, deberá aceptar su destino, lo que conllevara a aceptar su verdaderos orígenes, a aprender a dominar el poder de la espada y con ello librar a su pueblo Vortigern, el tirano que ha usurpado el trono de su padre.
Guy Ritchie se pone manos a la obra para desenterrar nuevamente al mito británico por excelencia. En su visión ha decidido tomar un rumbo completamente diferente al que estamos acostumbrados a ver, centrándose más en el personaje que en el propio rigor histórico.
Y para ello ha necesitado de un Arturo muy particular. Charlie Hunnam se aleja del caballero noble y elegante, presentándonos un rebelde callejero, de agresiva supervivencia aderezada con chulescos comentarios y gran desparpajo. Tanto es así, que en un principio Hunnam se disputaba el papel con Henry Cavill y Jai Courtney, y ante la insistencia de Ritchie de que debía mejorar su físico, retó a sus otros dos aspirantes a un pelea, aún sabiendo su poco favorable resultado. Esa altanería y arrogancia convenció al director, dejando claro que había encontrado a su hombre. Jude Law encarna a Vortigern, el oscuro antagonista que cabalga entre la maldad de un mago y un envidioso hermano, creando un personaje ambicioso de poder, pero también receloso de sus propias acciones, sobre todo de las que le acarrean una profunda culpabilidad. Pero ambos, héroe y villano, no están solos en su lucha. La solemne presencia de Eric Bana encarnando a Uther Pendragón, padre de Arturo, es indiscutible. Además de los que más tarde se convertirán en los famosos caballeros de la Mesa Redonda, como Djimon Hounsou como sir Bedeviere o Aidan Gillien como sir William (los fans de GOT le reconocerán enseguida). Tanto Merlín, como Ginebra o Lancelot han sido obviados de la historia; aun así, el papel del primero es mencionado en la cinta y en su lugar ha sido Astrid Bergés-Frisey quiena cogido el testigo encarnando a una poderosa Maga. Muy ingeniosos tanto el cameo del jugador David Beckham, como del propio director.
Y no podemos pedir que Ritchie nos deje sin su marca de la casa. Esos imprescindibles montajes acelerados y edición veloz de pura acción, acompañados de una banda sonora con ritmo frenético que mantiene la tensión de principio a fin. Hábiles saltos temporales que se centran en una única visión que se va desvelando conforme avanza la película. Una ambiciosa puesta en escena en donde los efectos especiales y escenarios naturales nos dan una perfecta combinación de estética medieval y donde la hechicería se bate en duelo con a espada.
En definitiva, un historia de un héroe atípico descubriendo su propio camino, uno en el que no sólo está en juego él mismo, sino todo un país.