lunes, 21 de agosto de 2017

#Escena 45 Toma 01: Rey Arturo. La leyenda de Excalibur

Quince han sido las adaptaciones que el séptimo arte ha realizado del eterno Rey Arturo. La más famosa de las leyendas de nuestro tiempo vuelve a la gran pantalla pero totalmente modernizada y con una inconfundible vuelta de tuerca.
La historia nos guía hasta un joven "Arturo" que sobrevive junto a su pandilla en las calles de Londinium. Su vida cambiará radicalmente el dia que saque la espada Excalibur de la piedra y todo el país se haga eco del retorno del rey legítimo. A partir de ahí, deberá aceptar su destino, lo que conllevara a aceptar su verdaderos orígenes, a aprender a dominar el poder de la espada y con ello librar a su pueblo Vortigern, el tirano que ha usurpado el trono de su padre.
Guy Ritchie se pone manos a la obra para desenterrar nuevamente al mito británico por excelencia. En su visión ha decidido tomar un rumbo completamente diferente al que estamos acostumbrados a ver, centrándose más en el personaje que en el propio rigor histórico.
Y para ello ha necesitado de un Arturo muy particular. Charlie Hunnam se aleja del caballero noble y elegante, presentándonos un rebelde callejero, de agresiva supervivencia aderezada con chulescos comentarios y gran desparpajo. Tanto es así, que en un principio Hunnam se disputaba el papel con Henry Cavill y Jai Courtney, y ante la insistencia de Ritchie de que debía mejorar su físico, retó a sus otros dos aspirantes a un pelea, aún sabiendo su poco favorable resultado. Esa altanería y arrogancia convenció al director, dejando claro que había encontrado a su hombre. Jude Law encarna a Vortigern, el oscuro antagonista que cabalga entre la maldad de un mago y un envidioso hermano, creando un personaje ambicioso de poder, pero también receloso de sus propias acciones, sobre todo de las que le acarrean una profunda culpabilidad. Pero ambos, héroe y villano, no están solos en su lucha. La solemne presencia de Eric Bana encarnando a Uther Pendragón, padre de Arturo, es indiscutible. Además de los que más tarde se convertirán en los famosos caballeros de la Mesa Redonda, como Djimon Hounsou como sir Bedeviere o Aidan Gillien como sir William (los fans de GOT le reconocerán enseguida). Tanto Merlín, como Ginebra o Lancelot han sido obviados de la historia; aun así, el papel del primero es mencionado en la cinta y en su lugar ha sido Astrid Bergés-Frisey quiena cogido el testigo encarnando a una poderosa Maga. Muy ingeniosos tanto el cameo del jugador David Beckham, como del propio director.  
Y no podemos pedir que Ritchie nos deje sin su marca de la casa. Esos imprescindibles montajes acelerados y edición veloz de pura acción, acompañados de una banda sonora con ritmo frenético que mantiene la tensión de principio a fin. Hábiles saltos temporales que se centran en una única visión que se va desvelando conforme avanza la película. Una ambiciosa puesta en escena en donde los efectos especiales y escenarios naturales nos dan una perfecta combinación de estética medieval y donde la hechicería se bate en duelo con a espada. 
En definitiva, un historia de un héroe atípico descubriendo su propio camino, uno en el que no sólo está en juego él mismo, sino todo un país.