
David Yates que ya en su tiempo dirigió la quinta, la sexta y las dos partes de la séptima entrega de Harry Potter parecía predestinado para el papel. Y así ha sido, con la ayuda del productor de la misma saga y la inestimable J.K.Rowling han devuelto a las pantallas esa magia pura que todos los fans deseábamos. El testigo lo coge Eddie Redmayne caracterizado como Newt Scamander, personaje que para los que ya estamos versados en el tema, es el autor del libro "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos" que los alumnos de Hogwarts utilizaban en las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas que impartía Hagrid. La interpretación de este oscarizado actor es impecable, mostrándose valiente a la vez que extravagante, y un ambiente tan mágicamente tierno que resulta casi imposible no enamorarse de él. Pero no sólo él, ya que el cuarteto de protagonistas Tina (Katherine Waterson), Jacob(Dan Floger) y Queenie (Afine Frenzy) son increíbles. Cabe destacar el dueto Jacob/Newt que nos recuerda sospechosamente a Sherlock y Watson, aunque algo más inocentes. Como en toda película de este género tiene que haber magia oscura y aunque no muy reseñables cumplen bien su papel, sorpresas tanto en la identidad como en el cameo del malvado.
En definitiva, un buen comienzo para lo que se planea como la nueva saga fantástica y que ha deslumbrado con brillo propio. El estilo y el despliegue de efectos visuales y de la reconstrucción de la época es fascinante, creando una nueva aventura que yo, por mí misma, quiero volver a experimentar, como cuando leí y vi por primera vez a aquel niño que vivía en el 4 de Privet Drive, alacena bajo la escalera.