jueves, 3 de agosto de 2017

#Escena 44 Toma 01: Dunkerque

Nolan es el nuevo visionario de nuestro tiempo. Se traslada de género en género con una increíble facilidad, dejando su huella con cada obra que firma, dejando claro que está sin ninguna duda en la cumbre, y que ha decidido quedarse.
Resultado de imagen para dunkerque poster español"Dunkerque", año 1940, II Guerra Mundial. Las tropas alemanas han arrinconado en esta ciudad francesa a las aliadas, forzándolas a descubrirse en sus playas. Rodeadas y con un hilo de esperanza, miles de soldados aguardan su salvación o su muerte en mitad de un mar de angustia ahogándolos a cada segundo que pasa.
Este increíble y ambicioso proyecto lleva en la cabeza de Christopher Nolan, según sus propias palabras, desde sus años de estudiante; y finalmente ha podido darle rienda suelta a esa ambición. Autor también de su guión, ha arriesgado en la estructura narrativa mostrándonos no sólo tres diferentes puntos de vista (tierra, mar y aire) sino también en diferentes marcos temporales (una semana, una día y una hora). Y como ya ejercitara un "Origen" o "Interestellar", en su conjunto se convierte en un perfecto engranaje en el que se es participe de cada segundo y en cada rincón. Pero esto es más que una película de guerra, o de heroísmo o de supervivencia. Es la realidad, en el sentido más crudo de la palabra. Las emociones que transmiten son la tensión, la agonía y el miedo que sentían todos aquellos soldados, completamente helado y empapados que aguardaban expectantes un rescate desde el otro lado del horizonte. Y tampoco es una película en la que un actor destaque por encima de otro, porque teniendo a Tom Hardy (curiosidad que Nolan solo vuelva a dejar a la vista sus ojos), Cillian Murphy, Mark Rylance o Kenneth Branagh, no ves a actores, sino a protagonistas reales y no quién les pone cara. 
Las cifras que se han manejado son otro punto más si cabe a su favor: aviones y embarcaciones reales, tanto para formación de los actores como para ponerlos frente a la cámara, 1.500 extras y un nombre en clave, "Bodega Bay", para mantener todo en una ingeniosa operación secreta. La crítica la ha descrito como una película casi muda y dicho en el mejor sentido ya que lo que precisamente se quiere transmitir no se puede expresar mediante el diálogo, sino con los detalles, el ambiente y las acciones transcurridas en la hora y media (que no lo parece en absoluto) que dura esta genialidad. Su resultado una experiencia sensorial y visualmente impecable, en la que sencillez de la arena de la playa y del agua del mar se elevan como si fueran dos personajes más.
La ha dirigido, la ha escrito y la ha producido al son de su inseparable acompañante musical Hans Zimmer, y por ello le damos las gracias, por enseñarnos magistralmente un gran capítulo de la historia, y sobre todo, enseñarnos humanidad.

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