Los Vengadores. Infinity War nos deleita con la lucha definitiva. El todopoderoso Thanos se ha cansado de estar en la sombra y va a ser el mismo en persona quien se haga encargue de todo. Su misión es hacerse con todas las Gemas del Infinito (espacio, mente, realidad, poder, tiempo y alma) y que al poseerlas en su guante podrá con un simple chasquido cumplir su ansiada ambición: la aniquilación total. Sólo hay una solución. Todos los superhéroes, de todas las dimensiones y universos deberán combinar sus fuerzas. Deberán hacer frente a un invencible villano y evitar, a cualquier precio, que destruya completamente a toda la humanidad.
Si hablamos de superhéroes, los que de verdad lo han sido en todo este viaje son Joe y Anthony Russo. Estos dos hermanos se han compenetrado de tal manera que han conseguido entrelazar todos y cada uno de personajes con sus correspondientes personalidades para que el engranaje funciones a la perfección. Mantienen el desparpajo de Tony (Robert Downey Jr.), la chulería de Star-Lord (Chris Pratt), la improvisación de Spiderman(Tom Holland), la solemnidad de Rogers (Chris Evans), las grandiosidad de Thor (Chris Hemsworth)(ojo a sus entradas triunfales), la estrategia de Viuda Negra (Scarlett Johansson), la honorabilidad de Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), la locura de Banner (Mark Ruffalo), el romance (se veía venir) de Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen) y Visión (Paul Bettany), el poderío de Black Panther (Chadwick Boseman), la resistencia de Gamora (Zoe Saldana), la oportunidad de Rocket (Bradley Cooper), el pasotismo de Groot (Vin Diesel), las extravagancias de Drax (Dave Bautista) y Mantis (Plom Klementieff) los trucos de Loki (Tom Hiddleston)... y me he quedado sin aire. Pues con todo y con eso han logrado introducir una pieza más en la maquinaria, una pieza que levaba tiempo esperando para aparecer y cambiar por completo la dirección del mecanismo. Porque no se puede tener héroes sin villano, y no hay ninguno que mejor pueda hacer honor a ese nombre que Thanos (Josh Brolin). su incansable busca por las Gemas pone en jaque a todo territorio en el que se atreve a poner un pie, simplemente por el placer de destruir por destruir.
Sin spoilers. Esta "guerra infinita" ofrece lo que el espectador superfan ha estado aclamando: épicas luchas en cualquier escenario imaginable, batallas galácticas, geniales frases de guión, increíbles efectos especiales, un "yo quiero ese traje" (amplia variedad de elección) y unas interminables palpitaciones, asombro y emoción incontenible durante los 156 minutos de duración.
Ya se nos está haciendo eterno el estreno de la segunda parte y deseamos que no tenga fin, aunque hay algo indiscutible. Marvel se ha convertido en la joya de la corona de su propio género cinematográfico.